domingo, 2 de diciembre de 2012

UNA BREVE MIRADA A LA HISTORIA DE LA EDUCACION


Introducción:

Para comprender los escritos de Jovellanos se hace necesario hacer un recorrido por la sociedad del siglo XIX; la vida en España estaba marcada por las guerras napoleónicas y una guerra civil crónica, la economía había sufrido múltiples un reveses debido a tantas guerras. Esto había dado como consecuencia una baja productividad agrícola, sumado esto a la interrupción del comercio con América por las derrotas coloniales.

En este siglo, en la sociedad, la nobleza no tenía tanto poder. Por a la industrialización, los que no se adaptaron a los nuevos tiempos, es decir que quisieron seguir con su sustento de vida agrícola, su fuente de riqueza había desaparecido. Es cuando apare la alta burguesía que se colocó en el lugar de la nobleza.

En la política los nobles siguieron cerca del rey y eran los que ocupaban el Senado, junto a la llamada aristocracia social. Era el conjunto de la vieja aristocracia y la alta burguesía los que ocupaban la Cámara alta.

La iglesia perdió todo su poder cuando suprimieron la inquisición y partes de sus latifundios por los mecanismos de expropiación. Lo mismo ocurrió con las propiedades que no se dedicasen a escuelas y hospitales. Esto por la necesidad que tenia el estado para sufragar todo lo que había perdido por las guerras.

En la cultura, hubo un convencimiento claro: ninguna sociedad podía avanzar teniendo a su población sumida en la ignorancia y el analfabetismo. Los políticos tuvieron presente esta condición para el desarrollo del país y ya en la Constitución del 1812 se recoge el derecho a la educación básica.


Jovellanos:

Nació en Gijón el 5 de Enero de 1.744 y murió el 27 de Noviembre de 1.811. Fue escritor, jurista y político ilustrado español.

Provenía de una familia noble aunque sin fortuna; curso sus primeros estudios en Gijón; marchó a Oviedo y estudió filosofía; también se graduó en Derecho Canónico en Soria. Después de licenciarse ocupó la plaza de magistrado de la Real Audiencia de Sevilla.

En 1.778 consigue que lo destinen a Madrid y es donde le empiezan ha encomendar algunos informes. Uno de ellos fue el informe sobre la ley Agraria que establece la liberalización del suelo, recogido en el pensamiento liberal.

Fué miembro de la Real Academia de Historia (1.779), de la Real Academia de San Fernando (1.780) y de la Real Academia Española de la Lengua (1.781). A iniciativa de Jovellanos se creó en 1.794 el Real Instituto Asturiano de Náutica y Minerealogía en Gijón, en que intentó aplicar las ideas de la ilustración en la enseñanza.

Jovellanos cultivó varios géneros literarios, como poesía y teatro, pero sus escritos más relevantes fueron ensayos de economía, política, agricultura, filosofía, costumbres desde el despotismo ilustrado.



Bases para la formación de un plan general de instrucciones públicas de 1.800.

Estos escritos tratan de una forma muy detallada, de como Jovellanos quiso transformar la educación y laq enseñanza de la época. Comienza por hablar de la educación física, en donde explica la importancia de que “los muchachos” se adiestren en esta disciplina para desarrollar su perfección física, por que lo que quería conseguir era mejorar la fuerza, la agilidad y la destreza de los ciudadanos para que los malos hábitos que impedían una buena salud de los individuos se corrigiesen.

El Estado intentaba llegar a todos los rincones de España y que esta idea calara en todo el mundo ya que el objetivo era incrementar la calidad de vida.

Esto se hacía con una metodología muy estricta, estableciendo la edad a la que se iniciaba la enseñanza, lugares horas y fechas en los que impartir estas clases. Eran unos métodos muy rígidos, por que iban encaminados para que cuando crecieran pudieran perfeccionarse con facilidad en la instrucción y ejercicios propios de la profesión militar.

Otra faceta de la educación pública que hacían mucho incapié era la Literaria.

Lo primero que se enseñaba era a leer y a escribir, por que se decía que primero la lectura habilitaría al hombre todos los conocimientos escritos en su propia lengua y la escritura daría poder para expresar mediante ella todo los conocimientos aprendidos. Se quería perfeccionar la pronunciación para corregir los defectos que trajeran de su vida cotidiana y que no tuvieran faltas ortográficas. En todas estas enseñanzas siempre iba implícita la moral.

Todos los libros de los que se disponía para la lectura, además de adoctrinarles, les enseñaban buenas costumbres morales. Para el gobierno, también era muy importante los “números” o mejor dicho, la aritmética, por que los muchachos debían saber operar con cantidades.

Así que se intentaba que tanto el conocimiento de la escritura y de la aritmética estuvieran unidos.

En este siglo se destacaba que aprendieran, a parte del buen uso de la lengua española, otras lenguas extranjeras, sin olvidar lenguas antiguas, pero abriéndose paso a las lenguas modernas como el francés y el ingles.

Tampoco se podía olvidar de las ciencias. Abarcaba dos aspectos, uno el de pensar y otro el de calcular. A todo relacionado con lo primero lo denominaron filosofía especulativa; y lo segundo filosofía práctica; el gobierno decidió que estas dos vertientes no podían estudiarse en conjunto, así que para la primera consideró que unas pocas Universidades bien situadas y bien dotadas y sabiamente instituidas eran suficientes. En cambio con la filosofía practica, pensaron que debían aumentar los centros, ya que su utilidad era más inmediata en muchos ámbitos como de las artes y habilidades profesiones útiles ya que era fuente de riqueza y prosperidad de la nación.

Lo moral y lo religioso iba muy unida a la filosofía especulativa. Era la destinada a perfeccionar las facultades intelectuales del hombre, como se denominaba el arte de pensar y y analizar ideas. Se estudiaba la teología natural que abarcaba la religión y la ética perfeccionada y santificada con la doctrina y finalmente, la moral social, fuera pública o privada, en donde se fundamentaba la legislación y la jurisprudencia de la economía pública y política.



Así mismo era muy recomendable el estudio de la economía civil ya que había que conservar todas las fuentes de riqueza, además había que promover las profesiones y que hacía que la nación aumentara su bienestar económico.

Sobre todo en este siglo todas las instituciones de enseñanza, tanto institutos como universidades estaban a cargo de la administración central. Todo era del Estado, aunque habían algunos centros privados y estos estaban bajo la tutela siempre de la educación pública. Normalmente eran seminarios en donde s los huérfanos, hijos de viuda que no podían ser educados por sus familias en muchos ámbitos como la educación moral, que para este tiempo resultaba indispensable. Así que el estado estableció un plan de enseñanza que fuera igualitaria para todo el reino. También el gobierno estableció colegios al lado de las universidades para hijos de personas pudientes, que aspiraban a la carrera de magistratura, eclesiástica o militar, para que estuviera en un ambiente mas recogido y fuera de los peligros de excesos de libertad.

Las niñas tenían otra forma de educación. Para las niñas pobres la enseñanza era gratuita; les enseñaba las primeras letras y los principios de la religión para que fueran buenas y recogidas madres de familia; se diferenciaban de las clases que impartían a las niñas de clase pudiente, en que a estas ultimas se esmeraban en darle una buena educación más completa.

La enseñanza eclesiástica era muy importante. Así que se determinó que la enseñanza desde la primera educación seria gratuita y generalizada para todos los ciudadanos, que aunque se estudiara en seminarios o centros privados, seria todo gratuito. Solo se haría el gasto de la alimentación. También el gobierno era muy rígido con los alumnos. Podían asistir a las clases los que hubieran hecho de antemano los exámenes y hubieran superado las pruebas para proseguir con la educación. Para los que quisieran clases extras, estas serían gratuitas y voluntarias, pero todo supervisado por el estado, tanto los horarios como los días necesarios.

El estado propone la creación de bibliotecas para que la educación pública tenga libros que ayuden a los alumnos. Además proponen la creación de imprentas y periódicos que aunque era meros instrumentos de entretenimiento, tenían la facultad de mejorar la opinión pública de la nación.

En esa época la libertad de opinar, escribir e imprimir se miraba como absolutamente necesario para el progreso.


Diferencias con nuestro tiempo.

Comparando nuestro sistema actual con lo descrito en los escritos de Jovellanos, se desprende que su visión de la educación tiene muchos aspectos positivos, que hoy en día se han dejado en el olvido.

En el siglo XIX el sistema educativo era muy rígido. En esta época todo giraba en torno a que la educación era primordial y el perfeccionismo era su eje fundamental. Nadie podía acceder a otro nivel si no hubiera superado totalmente el nivel anterior. Nadie pasaba la mano. En esta época, se pensaba que si se llegaba a la perfección en lo que se estudiaba, se alcanzaba la felicidad, tanto el alumno como individuo, como la nación como suma de todos los individuos.





El estado todo lo supervisaba, nada se podía hacer sin que estuvieran al tanto del contenido de la enseñanza, avalado por su gratuidad . Todo los ciudadanos tenían el derecho de estudiar y premiaban al buen estudiante y reprendían al holgazán. Además la educación pública era para esta época la mejor y, aunque hubiera privada, no era como la que entendemos enseñanza privada en la actualidad.

Como puntos negativos resaltamos los siguientes aspectos.
En esa época, se diferenciaba mucho las situaciones familiares económicas. Pese a la uniformidad de la concepción de los centros privados la realidad, era que existía dos clases muy distintas de centros. Por una parte los que podemos llamar “centros de acogidas” destinados a los pertenecientes a las clases mas desfavorecidas. Por otra los destinados a clases pudientes. Pese al intento de uniformidad de oportunidades, resultaba difícil que alguien perteneciente a esa clase desfavorecida alcanzara por estudio un titulación de alto nivel.

Y lo mas negativo, el hecho de que las mujeres eran consideradas ciudadanas de segunda clase. Había entre ellas mismas diferencias según el estatus social al que pertenecieran. Las niñas y mujeres de situación humilde solo eran educadas como futuras madres. En cambio a las hijas de familias pudientes, se les impartía una exquisita educación.

Esto lleva a la reflexión de pese a los intentos de modernización de la educación en la sociedad de esa época las desigualdades de sexo y clase se encontraban profundamente arraigadas. 

1 comentario:

  1. Muchas gracias por tu comentario sobre Jovellanos. Me ha parecido muy interesante.

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